En un amistoso ante Irlanda del Norte que terminó en empate 1-1, Lucas Blondel hizo su estreno oficial con la selección de Suiza, ingresando en el segundo tiempo a los 23 minutos en reemplazo de Isaac Schmidt.
El lateral derecho, conocido por su paso en Boca, no solo sumó sus primeros minutos con la camiseta helvética, sino que también dejó boquiabiertos a los hinchas del Xeneize con un detalle inesperado: su habilidad para hablar francés con total naturalidad.
Tras el partido, Blondel fue entrevistado por el medio suizo TMS y, para asombro de muchos, respondió en el idioma oficial de una de las regiones de Suiza. “Es algo increíble… Estoy muy feliz, es algo que imaginé muchas veces y fue algo muy bonito”, expresó el defensor, visiblemente emocionado por cumplir un sueño que había visualizado en más de una oportunidad. Pero no se quedó ahí. También aprovechó para analizar las diferencias entre el fútbol que conocía y el que ahora está descubriendo: “Sí, el ritmo de los partidos es otra cosa. En Argentina es un poco más parado y hay más juego físico. Acá es un ritmo un poco más rápido, la pelota corre rápido y eso es lo que cambia”.
La actuación de Blondel en el campo y su soltura fuera de él no pasaron desapercibidas. Su debut llega como parte de una decisión estratégica: optar por la naturalización suiza en lugar de competir por un puesto en la selección argentina dirigida por Lionel Scaloni, donde la competencia es cada vez más dinámica. Esta elección tiene raíces familiares. Su padre, Jean-Yves Blondel, nació en Suiza y llegó a estar entre los 600 mejores tenistas del ranking ATP en 1987, lo que le otorgó al futbolista la posibilidad de representar al país europeo. El interés del entrenador Murat Yakin en sumarlo al plantel terminó de sellar esta nueva etapa en su carrera.