En medio de una semana frenética, el gobierno de Javier Milei se anotó un punto a favor en materia comercial con sus socios del Mercosur: la flexibilización temporal de los aranceles externos. Será mediante la incorporación de nuevos productos a la lista de excepciones del bloque, una medida que va en sintonía con los vientos de «guerra arancelaria» mundial que sopla Donald Trump.
Según supo PERFIL, la posibilidad de que Argentina negociara un acuerdo comercial con Estados Unidos generaba ruido entre los socios, especialmente frente al rumor de un supuesto tratado de libre comercio repetido en círculos diplomáticos. Más allá del entramado institucional que limitaba esta última opción, la idea de que la segunda economía del bloque negociara por fuera incomodaba a los miembros del Mercosur. En ese contexto, las declaraciones del presidente argentino tampoco ayudaron, cuando en enero de este año admitió que no descartaba abandonar el bloque si ésta fuera una «condición extrema» para lograr su cometido: abrir el comercio con Washington.
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Pero al igual que su socio ideológico del norte, Milei también parece haber usado el garrote —en ese caso, discursivo— para luego sentarse a negociar con los socios del bloque regional. Lo hizo a través del ministro de Relaciones Exteriores et al, Gerardo Werthein, quien convocó a los cancilleres del Mercosur este 11 de abril en el Palacio San Martín. La reunión informal, anticipada por PERFIL, consistió en acercar posiciones. Del lado de Itamaraty, la intención era «saber de qué habla» el presidente argentino cuando habla de «flexibilización» del Mercosur, pero particularmente sobre su supuesto tratado con Estados Unidos.
«Los cancilleres reafirmaron el compromiso con el fortalecimiento y la unidad del Mercosur y la determinación de modernizarse y explorar, de manera coordinada, como aprovechar mejor las circunstancias de una coyuntura internacional cambiante y desafiante«, indicó Cancillería en un comunicado.
La reunión precedió al encuentro del Grupo Mercado Común del 23 y 24 de abril y la cumbre de cancilleres del Mercosur del 2 de mayo, dos eventos que antecederán a la cumbre de jefes de estado a celebrarse en Buenos Aires, siendo Argentina presidente pro témpore hasta julio. Más allá de las negociaciones comerciales, sirvió para acercar posiciones superando divisiones ideológicas, como la enemistad entre Lula da Silva y Javier Milei.
El presidente argentino, en tanto, está abocado en armar un frente conservador con el paraguayo Santiago Peña, tal como demostró con su viaje relámpago a Paraguay mientras se celebraba la cumbre de jefes de estado y de gobierno de CELAC. Liderada por el brasileño, el foro de países latinoamericanos y caribeños ocurrió días antes del acercamiento de cancilleres del Mercosur, en un intento de tomar posición común contra la «cruzada arancelaria» de Estados Unidos.
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Pero a nivel ministerial, los códigos son otros. «En un clima de cordialidad y confianza, los Cancilleres coincidieron en la importancia de trabajar en la agenda interna y de relacionamiento externo del Mercosur», continúa el texto. Como parte de los avances, destacaron el acuerdo con Singapur y las negociaciones con el EFTA (una comunidad que incluye a Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza).
El primer acercamiento para flexibilizar el Mercosur, una iniciativa que tomó fuerza con el gobierno libertario a pesar de los intentos del expresidente uruguayo Luis Lacalle Pou, implica la ampliación temporal de hasta 50 códigos arancelarios. De ahora en más, cada país deberá buscar la forma a nivel interno para adecuarse a la medida.
En el caso argentino, la lectura de la relativa flexibilización del AEC es positiva en términos del «respaldo» internacional, considerando que ocurrió en medio de un contexto delicado en función de la devaluación anunciada por el ministro de Economía Luis Caputo y el acuerdo por 15.000 millones de dólares con el FMI. Resta por ver si se sostiene la promesa de que el RIGI de sus frutos y que se libere el cepo cambiario, que representa la «preocupación más grande» del establishment empresarial del Mercosur ante la posibilidad de invertir en el país.