Hace 20 años Tiro Federal sorprendía al mundo del fútbol al conseguir el ascenso a primera división. El humilde pero histórico club de barrio Ludueña dio el golpe inesperado y ante todos los pronósticos pegó el salto a la máxima categoría para darse el gusto de codearse con los grandes. Fue una experiencia corta, pero un logro deportivo que hizo historia de la mano del presidente de los Tigres, Carlos Dávola. Hoy sólo quedó un grato recuerdo de las mieles del éxito y el club con 120 años de vida está en la búsqueda del resurgimiento. «Los vaivenes económicos nos ha ido ubicando en un determinado lugar, pero nunca nos hemos endeudado», sostuvo el mandamás de la entidad que entregó su vida al fútbol, a tal punto que no sólo perdió «una casa, sino también los afectos».
Embed – ¿Que es de tu vida? Carlos Dávola
Dávola, lejos del traje de los viejos tiempos en la financiera y ahora con joggins deportivo, disfrutaba del café mañanero en el enorme predio que Tiro Federal tiene en Sánchez de Loria Bis y repasaba la planilla con los horarios de partidos en las canchas que se alquilan por la noche. «Por el fútbol perdí muchas cosas, pero también me hizo muy feliz», expresó en una charla con Ovación el directivo que lleva casi tres décadas al frente de la entidad y que un 25 de junio de 2005 se dio el gusto de ascender a primera división después de transitar por diversas categorías.
«Este es nuestro lugar por ahora. Tenemos que seguir desarrollando el club a partir de la infraestructura. Creemos que la base y el comienzo de todo es eso. Lo más importante es tener un club consolidado. Ya tiene su estructura, sus canchas, su lugar de entrenamiento… Lo que se necesita es una solvencia económica y financiera importante para jugar en el fútbol profesional, caso contrario es imposible», sostuvo Dávola.
-Llevaste a Tiro a la primera división, que fue un logro realmente increíble después de estar en los torneos argentinos, entre otros. La gran pregunta que todo el futbolero se hace es: ¿qué pasó con Tiro Federal?
-Como a todos los factores económicos que están dentro de un país afectaron y más nosotros que éramos el club más débil de todos de determinado punto de vista, o sea, de la atracción popular, de la facilidad de conseguir sponsor, etcétera. Los vaivenes económicos, que los hemos tenido y sería imposible de enumerar, nos ha ido ubicando en un lugar. Nunca nos hemos endeudado, siempre tenemos acreencias, un buen pasar económico y para nosotros tener una economía sana es fundamental.
-En el transitar de estos 30 años en el club has visto y vivido momentos diferentes desde lo económico. El fútbol se mantiene con jugadores, con sacar y venderlos. ¿Qué cosa recordás que fueron positivas para la institución y qué otras en las cuales por ahí te arrepentís de alguna decisión que tomaste?
-Lo positivo siempre fueron los logros deportivos, que es lo que queda en el recuerdo popular. Y los peores son los descensos. Cada descenso es dramático. Los que estamos en esto lo vemos venir. Sabemos cuándo te vas a ir al descenso.
-En aquel logro en primera división, que sorprendió a muchos, quizás te encontraste con gente a nivel dirigencial o de la AFA que te miraban de reojo por ser un club chico. ¿Lo sentiste a eso?
-Sí, sí. Es lógico. Además, éramos competidores. Nosotros también le queríamos ganar a cualquiera. No te olvides que debutamos en la cancha de River y le dimos pelea a muchos equipos.
El peso en la AFA
-Siempre se dice que hay que tener peso en la AFA en todo sentido.
-Los compañeros que teníamos en ese momento nos ayudaron, colaboraron a la medida de sus posibilidades, pero después depende de lo que vos tengas. Hay cosas que nosotros no la teníamos y que no la podemos sustituir con voluntad. Se modifica con organización, con programa y con una estructura organizativa que te permita pasar los momentos dramáticos. La mayoría de los clubes viven todo el año corriendo detrás de la cuenta del banco y eso no puede ser.
-La gran mayoría de las entidades siempre tienen un déficit tremendo, deudas históricas y van pasando los dirigentes y siempre se mantienen esas deudas o se incrementan, porque total alguien las va a pagar, no las abona el dirigente en sí. ¿Tiro es como una sociedad anónima, es privado?
-No, no, es un club. Es una asociación civil. Lo que pasa es que tenemos una buena economía.
-Lo digo porque hay clubes que se manejan como sociedades anónimas.
-Tiro no es el caso. Es un club común y corriente como cualquier otro que juega en Rosario. ¿Qué nos diferencia? Porque algunos podemos hacer algo y otros no; es la pasión. Nosotros somos apasionados, tenemos suerte de poder tener otras actividades para subsistir.
Las sociedades anónimas
-Ya que te metí con la sociedad anónima, ¿de qué lado estás: a favor o en contra?
-Depende del club. Hay entidades que pueden ser sociedades anónimas porque así viven en una determinada sociedad que sí aceptaría ese tipo de organización y hay otros clubes que no, porque son pura pasión, pasión popular y eso no se lo podés quitar al hincha.
-Haciendo un repaso de tiempo atrás, por Tiro Federal pasaron nombres importantes como Hugo Romeo Guerra, Luis Islas, Jorge Vivaldo, Daniel Tilger, Leandro Armani, Pillud, entre otros.
-Armani fue un gran goleador, nos dejó mucho. Nunca se quiso ir. Tuve muchas ofertas por él, pero tomó una decisión de vida aceptable. Eric Banduine, Cachorro Cámpora, jugadores amateurs, pero que le han dejado un montón de cosas al club. En todo esto hay que tener cuidado con la pasión, las emociones, porque es mal consejero en la toma de decisiones que después resiente la economía de las entidades. Nosotros podríamos habernos quedado en primera división si yo no andaba todo el día con el cuaderno en mano con el presupuesto. Sabía que después las deudas de primera división para nosotros nos iban a sepultar, los montos que se manejan son de otra dimensión y no lo íbamos a recuperar.
-Por aquellos años tenías buena relación con Eduardo López, expresidente de Newell’s, que te visitaba a menudo a tu financiera para cambiar cheques. ¿Cómo era para vos López?
-Con él tuve una muy buena relación. Fue un directivo distinto, no fue una persona común de ninguna manera. Un hombre osado que consiguió un montón de cosas dentro del fútbol,
-Si tenés que buscar un modelo de dirigente, ¿a quién tenés como referente?
-He convivido con grandísimos dirigentes. Desde Julio Grondona para abajo estuve con todos. A mí un tipo que me encantaba como dirigente era Horacio Usandizaga. Yo sé que el Vasco no puede salir a la calle, pero él compró el predio de Arroyo Seso. ¡Mirá el capital que consiguió! Después se puede discutir el tema de torneos y demás. Para los que transitamos la vida en el fútbol, para los que estamos en las instituciones, sabemos el valor patrimonial que tiene eso para una entidad.
-¿Sabés lo que dice la gente común, el hincha? Que muchas veces ven dirigentes que llegan de una manera a la institución, con un estatus normal de vida y se van siendo siendo millonarios. Esa es una de las visiones que se observan desde afuera.
-Sí, pero eso es inherente a la condición humana. Pero hay empresarios que siempre dejan algo en el camino. No comparto esas opiniones.
Las pérdidas materiales y de afectos
-El tema es que muchas veces se habla de la pasión, el amor a un club, que se deja todo por los colores cuando en realidad detrás hay un interés económico.
-¿Sabés lo que es dejar todo por el club? Quedarte hasta sin casa. Si hablamos de pérdidas lo discutimos.
-¿Te pasó eso?
-Sí.
-¿Por qué perdiste la casa?
-La casa y mucho más perdí por el fútbol.
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-¿Muchas cosas más?
-Sí, muchas más. El fútbol me ha quitado cosas, pero también me ha dado mucho.
-¿Pero qué te quitó además de la casa?
-La casa, afectos, amistades, de todo lo que se te pueda ocurrir que le puede pasar a una persona a mí me pasó. Pero no me quejo. No lo hago porque ese es el pasivo y tengo un activo extraordinario.
-Está bien, pero el fútbol es como que te dejó solo.
-Sí, más cuando sos capaz de tomar decisiones difíciles. Cuando no trabajás para la tribuna. Se puede hacer futbito para la gente. Viste ese que levanta la pelotita y no trabaja, y al lado tenés al tronco que corre y corre, y si no está en el equipo pierde 5 a 0. A mí dame al tronco siempre. A veces el alrededor también te come la cabeza o te puede traicionar.
-¿Te han traicionado?
-En el fútbol sí. En este deporte es lo más fácil para que te traicionen.
-¿Eso te causó mucho dolor?
-La traición, a lo mejor, de gente que confiaba . Pero a mí esas cosas no me duelen. Ya tengo casi 75 años. ¿Cuánto tengo de fútbol? ¿Cuánto tengo de vida? ¿Cuántas cosas he transitado? La traición es inherente al ser humano. Siempre es así y todos traicionamos alguna vez. Así que no me voy a quejar de lo demás lo que yo también alguna vez habré hecho. Nadie es santo. Te lo puedo asegurar que nadie es santo. Por lo menos no entre los que estamos en la tierra. Después hablamos ya de creencias o de otras cuestiones que son de otro plano.
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-¿Cuál fue la decisión más desacertada que tomaste y que con el tiempo te diste cuenta que fue un error?
-Todas las decisiones que hemos tomado hay que ver por qué las tomamos y en qué momentos. Quizás puede ser el hecho de no haber sostenido al Chaucha Bianco. O haber estado con técnicos campeones del mundo y no haberlos contratado.
-¿A quién?
-No. Tiene que estar delante mío para decirlo.
El caso del Chimy Ávila
-Hubo un caso muy difundido y que salió en todos los medios del Chimy Ezequiel Ávila, quien juega en Betis (España). Se dijo en su momento que lo echaste de Tiro Federal por un supuesto robo y hasta hubo un juicio. ¿Qué fue lo que pasó?
-No voy a contar esas cosas. El es una figura internacional. Estoy orgulloso que haya estado tantos años acá, pero ya está. Son momentos y cosas que suceden.
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-¿Te arrepentiste de esa decisión?
-No, no. Las decisiones se toman en el momento, pero estamos hablando de un Chimy que ya no existe porque ha cambiado su vida. Y un Carlos Dávola que ya no existe. Estamos hablando de dos personas, pero en este momento somos distintos.
-¿Cambió tu mentalidad sobre ese caso?
-En la misma circunstancia hago lo mismo. Hay cosas que no cambio.
-¿Qué es lo que te falta en Tiro para completar tus sueños?
-Desde el punto de vista deportivo no me falta nada. Sí mucho desde lo edilicio. Quiero recuperar el estadio de barrio Ludueña. Volver a tenerlo como antes y lo vamos a lograr porque empezamos a trabajar.
-¿Qué pasó con el estadio?
-Hubo muchas vicisitudes. Nosotros anticipamos lo que iba a pasar en el barrio y en el club. A los jugadores les robaban cuando salían, los esperaban en la puerta. Hasta que no se pudo más.
-Algo que no te pregunté siendo tan amante del fútbol. ¿De qué jugabas?
-Yo de suplente. En el pan y queso siempre era queso y siempre me quedaba afuera, ja. Igualmente, a mí el fútbol me ha hecho muy feliz.
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