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jueves, agosto 7, 2025

El preocupante número que muestra por qué encontrar un trabajo de calidad es una odisea

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La Argentina necesitará de San Cayetano –en estas horas justamente se celebra a ese santo– para salir del profundo estancamiento en el que está inmersa hace 15 años a la hora de generar empleo de calidad, pero, sobre todo, para evitar que en la próxima década la mitad de sus trabajadores sean informales, o sea, sufran en un puesto de trabajo precario.

Una radiografía de la consultora especializada ExQuanti dio cuenta de las dos velocidades a la que se mueve el mundo del trabajo. Se basó en datos procesados por la prestigiosa Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec. Más específicamente, determinó que “el crecimiento promedio trimestral del empleo informal [el trabajo en negro] multiplica por tres al crecimiento promedio trimestral del empleo total”. Esto implica al período que va desde el primer al cuarto trimestre de 2024.

El empleo de calidad, según datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), está estable desde 2011. Pero, un número asusta. En la última década practicante no creció: en abril de este año, el trabajo registrado alcanzaba a 6,2 millones de empleados. Son los mismos 6,2 millones que había en abril de 2015, pese al crecimiento de la población en el período.

Para los expertos está claro que lo primero que necesita la Argentina –un país caracterizado por el serrucho que marca la serie histórica del PBI– es crecer. Pero con eso no alcanzaría y, por eso, el presidente Javier Milei y también el equipo económico que encabeza el ministro de Economía Luis Caputo, ya avisaron que tras las elecciones –si obtienen buenos resultados– la prioridad será la reforma laboral, incluso antes que la tributaria y, más tarde, la previsional. Son los compromisos además que se impuso el Gobierno en el Programa de Facilidades Extendidas (EFF, por las siglas en inglés) sellado con el FMI para después del 26 de octubre.

ExQuanti dio cuenta de los datos sobre la informalidad laboral, que pasó del 40,8% en el primer trimestre de 2024 a 42% en el mismo período de 2025 (al cierre del gobierno de Alberto Fernández era de 41,4%). En el mismo lapso, la tasa de empleo pasó de 44,3% a 44,4% (en el cuarto kirchnerismo cerró en 45,8%).

“Cuando se observan los datos respectivos, es posible constatar que para el último año, entre los cuartos trimestres de los años 2023 y 2024, la tasa de informalidad del empleo en la Argentina ha ido creciendo. Este indicador muestra de hecho niveles de informalidad importante y en desarrollo”, estimó la consultora especializada.

“A partir de los datos observados se puede constatar que el crecimiento promedio trimestral del empleo informal multiplica por tres al crecimiento promedio trimestral del empleo total. Esto significa que, aunque se trata de tasas de crecimiento pequeñas, a lo largo del tiempo, si todo sigue igual, la Argentina se irá acercando a niveles de informalidad laboral parecidos a los de los países sudamericanos más característicos de la región, en ese sentido”, completó el panorama. “Se ha podido establecer que, si bien la tasa de informalidad del país en la actualidad es del 42%, si los cambios promedios trimestrales siguen siendo los que se han presentado en el último año, es posible que dentro de una década la mitad de la población ocupada se corresponda con empleos informales”, cerró.

A pesar de que el último informe del Indec muestra un crecimiento del desempleo entre el cuarto trimestre de 2024 y el primero de 2025 (pasó de 6,4% a 7,9%), lo cierto es que en el mercado laboral impacta profundamente la estacionalidad. De hecho, el desempleo prácticamente no cambió si se compara el primer trimestre de 2024 con el de 2025 (7,7% a 7,9%). De hecho, los especialistas de ExQuanti detectaron que con un desempleo que no crece, pero con una disminución de la tasa de actividad –las personas que salen a buscar empleo–, podría darse lo que se conoce como “efecto desaliento”. Esto implica que, ante la falta de oportunidades en el mercado laboral, las personas ni siquiera se muestran activas en la búsqueda. Sin embargo, la tasa de empleo estancada y la caída de la tasa de actividad marida con un dato más que sorprende a más de un experto: la fuerte recuperación que mostraron los ingresos de los ocupados en los últimos meses.

“Es importante advertir que otra interpretación posible a la salida de personas de la desocupación por vuelta a la inactividad podría vincularse a que, bajo una situación de mejora de los ingresos, los integrantes del hogar denominados ‘trabajadores complementarios’ (cónyuges, amas de casa, hijos e hijas en edad de formación educativa, jubilados que se reintegran al mercado laboral, etc.) se reinstalan en su ‘lugar natural’ de persona inactiva. En ese sentido, la vuelta a la inactividad no sería bajo una condición de ‘refugio’ sino de ‘vuelta a la normalidad’”, indicaron los especialistas de ExQuanti.

“Los ingresos de los ocupados en el período observado se ha recuperado notablemente con respecto a la brutal caída experimentada a fines de 2023 y principios de 2024”, agregaron sobre los ingresos.

Más precisamente, los especialistas indicaron que, en los extremos de la serie, es posible observar que, aun en la actualidad, “en donde se han producido mejores notables en el ingreso real promedio de los ocupados”, se observa todavía la existencia de “un ajuste muy significativo”. Más específicamente, para el primer trimestre de 2025 los ingresos medios de los ocupados muestran una reducción real estimada en 15 puntos porcentuales con respecto al tercer trimestre comparable de 2017. “Esto significa que el deterioro del mercado laboral en la Argentina se presenta fundamentalmente como un ajuste por precios y no tanto por cantidades del volumen o stock de empleo, independientemente de que este último también pareciera estar mostrando señales de degradación dado el avance significativo que está ocurriendo en el empleo informal”, cerraron su radiografía.

El último informe oficial de la Secretaría de Trabajo señaló que uno de los fenómenos más destacados del mercado de trabajo en la última década fue el significativo crecimiento del trabajo encuadrado en el régimen del monotributo, “en un contexto en el que tanto la actividad como el empleo asalariado registrado en empresas se mantuvieron prácticamente constantes”.

Según los datos procesados del SIPA entre 2012 y 2024, el número de trabajadores monotributistas aumentó un 56%, mientras que el empleo asalariado formal privado creció solo 3% y el Producto Interno Bruto se mantuvo constante.

La Secretaría cruzó los indicadores de formalidad e informalidad laboral relevados por la EPH en 2024 con los mismos indicadores medidos por la Encuesta Nacional de Protección y Seguridad Social (Enapross) en 2011 por el exMinisterio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social. Y la conclusión fue la siguiente: “El crecimiento del trabajo monotributista en la última década se encuentra fuertemente asociado a la inserción laboral de personas con educación terciaria y universitaria en un contexto marcado por la escasa generación de oportunidades de inserción laboral en puestos asalariados formales en el sector privado”, indicó Trabajo.

“Adicionalmente, el notable crecimiento de los trabajadores registrados en el monotributo no se tradujo en una reducción de la informalidad laboral, lo que se debe a que parte de esos trabajadores accedieron a relaciones de dependencia sin los aportes que corresponden a esa modalidad de inserción y realizando ellos mismos aportes al régimen de seguridad social como independientes, y también a que el trabajo independiente informal se incrementó, compensando de esa forma el mayor registro de trabajadores independientes monotributistas”, cerró el estudio, que también dio cuenta de la precarización que sufre el mercado laboral.

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