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martes, agosto 12, 2025

Cadena Chaski boom: por qué el anuncio de Milei no va a avanzar

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No había sido una buena semana política para Javier Milei: en la Cámara de Diputados se había comido una goleada de 12 votaciones a 0 y habían avanzado proyectos clave que la oposición empuja y que lo ponen en un lugar incómodo: tener que enfrentarse a las universidades públicas o al Garraham, entre otros sectores. Y el Presidente decidió terminarla, el viernes a la noche, con una cadena nacional que tiene más efectos discursivos que reales. Una cadena chaski boom.

Es que, más allá de repetir que no negocia el superávit fiscal y que seguirá vetando toda ley que atente contra eso, anunció dos medidas: la primera, instruir al Ministerio de Economía la prohibición de que el Tesoro financie el gasto primario con emisión monetaria. La segunda, enviar al Congreso un proyecto de ley para penalizar la aprobación de presupuestos nacionales con déficit fiscal.

Su idea tiene varios puntos flacos. La primera deficiencia es práctica: ¿Cómo lograr que diputados y senadores aprueben un proyecto que los castigaría? El mismo Congreso, además, que le acaba de demostrar a Milei que La Libertad Avanza está en inferioridad de condiciones adentro de ambos recintos.

La segunda flaqueza está en la presunta inconstitucionalidad del proyecto de ley que quiere enviar el Presidente, según varios especialistas en el tema. “Se estaría violando la inmunidad de expresión parlamentaria que se cristaliza cada vez que un legislador vota una ley y la independencia del Poder Legislativo coartando la deliberación democrática”, opinó el doctor en Derecho Andrés Gil Domínguez. El constitucionalista Félix Lonigro agregó: “Un Congreso o Legislatura tiene sus propias atribuciones, asignadas por la Constitución. Así lo pensó Montesquieu, en ‘El espíritu de las leyes’. Denostar permanentemente al Congreso es la prueba cabal de que esos ‘límites’ molestan, lo cual es muy peligroso”.

Para los expertos, lo de Milei fue una cadena nacional para la tribuna. Su militancia lo celebró, a pesar de que las chances de que sea ley son casi nulas. Pero en Casa Rosada había una intención subyacente: el Presidente habló un viernes a la noche para evitar una reacción inmediata en el mercado, pero les ratificó el camino: el superávit no se negocia, ni siquiera cuando al frente están los sectores más vulnerables del país.

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