El clásico de 1964 fue reclasificado con “control parental” tras recibir quejas por el uso de un término considerado racista. Fue la película más objetada de 2024.
Durante décadas, Mary Poppins fue sinónimo de magia, imaginación y canciones inolvidables. Sin embargo, a 60 años de su estreno, el clásico de Disney protagonizado por Julie Andrews y Dick Van Dyke enfrenta una polémica inesperada en el Reino Unido. En 2024, el organismo regulador del cine británico decidió cambiar su calificación de «apta para todo público» a «PG», es decir, con recomendación de supervisión parental.
La razón detrás de esta medida se vincula con el uso de la palabra “hotentotes” en una escena, una expresión que históricamente se empleó de forma despectiva hacia comunidades negras del sur de África. En la película, el término se utiliza en tono cómico para describir a los deshollinadores cubiertos de hollín, sin ninguna intención aparente de ofensa. Sin embargo, la BBFC (British Board of Film Classification) argumentó que la falta de crítica explícita hacia ese lenguaje podría llevar a que niños lo repitan sin comprender su carga discriminatoria.
David Austin, director ejecutivo de la BBFC, explicó la decisión: «Aunque el contexto no fue ofensivo en su origen, el término tiene una connotación histórica racista. Consideramos importante aplicar una advertencia para que los padres puedan decidir si es adecuado para sus hijos.»
El cambio de clasificación no pasó desapercibido. Mary Poppins se convirtió en la película que más quejas recibió en 2024 en el Reino Unido, con 56 objeciones formales, superando a títulos como Dune: Parte Dos, Saltburn y The Abyss, que fueron señaladas por escenas gráficas, contenido sexual o uso de drogas.
Aunque algunos sectores defendieron la decisión como una forma de promover una visión más crítica del lenguaje, otros la cuestionaron por considerar que se trata de una interpretación exagerada de un producto de otra época.
Lo cierto es que este caso reabre el debate sobre cómo deben tratarse los contenidos clásicos en el presente, especialmente cuando incluyen términos o situaciones que hoy se consideran inapropiados. Y también pone en evidencia cómo la sensibilidad cultural actual revisita incluso a las obras más queridas de la historia del cine.
Fuente: La cien