17.8 C
Santa Fe
miércoles, septiembre 3, 2025

Inés Estévez y Germán Palacios llegan a Rosario con «El hombre inesperado»

Noticias Relacionadas

En un viaje de París a Frankfurt, se genera un encuentro impensado entre un escritor reconocido y una de sus más ávidas lectoras. Dos soledades que coinciden en un mismo vagón de tren, pensamientos que sobrevuelan hasta entrecruzarse en un intercambio lleno de ternura, inteligencia y humor. Esa es la premisa de “El hombre inesperado”, la obra protagonizada y dirigida por Inés Estévez y Germán Palacios. Después de una exitosa temporada en Buenos Aires, se podrá ver en Rosario este viernes 5, a las 21, en el Teatro Broadway (San Lorenzo 1223).

Las entradas se pueden adquirir en boletería o en la plataforma TuTicket. Usuarios de Tarjeta de Beneficios La Capital, tienen 20% de descuento y acceso a sorteos exclusivos.

“El hombre inesperado” fue escrita a finales de los ochenta por la reconocida dramaturga francesa Yasmina Reza, autora también de obras devenidas clásicos contemporáneos como “Art” (que tuvo una puesta reciente dirigida por el propio Palacios y Ricardo Darín) o “Un Dios salvaje”, entre muchas obras. Este texto fue llevado por primera vez a escena a mediados de los noventa en Francia, y posteriores versiones en Inglaterra, Estados Unidos, y España. En Argentina, se hizo en 2008 encabezada por Luis Brandoni y Betiana Blum.

En esta nueva versión, con traducción de Gonzalo Garcés, la dupla central propone una puesta moderna que invita a acompañar a los personajes en su viaje. A su vez, reivindica un teatro “de antes”, sin artilugios, para entregarse a la multiplicidad de emociones que interpela la obra.

>> Leer más: Inés Estévez: «Cantando estoy muy en contacto con el público»

Antes de su visita a Rosario, Inés Estévez habló con La Capital y dio detalles del proceso de la obra y su sociedad con Germán Palacios.

– ¿Qué características del proyecto te interesaron?

Es un proyecto que me resultó encantador desde que llegó a mis oídos, porque yo había visto la obra cuando la hicieron en 2008 Brandoni y Betiana Blum y me había conmovido muchísimo. Me parece que esta obra tiene un elemento escondido que subyace detrás todo que es la ternura. Es una característica muy subestimada en los tiempos actuales y tan clave para sostener la vida en el mundo. El texto es de Yasmina Reza, que yo creo que es la dramaturga viva más importante del mundo en este momento. Es una persona de una inteligencia mordaz, y esta obra también lo es. Recorre los pensamientos más íntimos de dos personas con una altura intelectual insospechada. Tiene todos los elementos, porque por un lado es sumamente simple la anécdota en sí: dos personas se encuentran fortuitamente en el mismo vagón de un mismo tren en un viaje corto. Él es un escritor muy prolífico y muy calificado, y ella es su lectora más acérrima. Hay un conocimiento que ella tiene de él a través de su obra y una ignorancia absoluta de él acerca de ella. Esa anécdota es muy simple e incluso sugiere una comedia romántica. Y la obra lo es en un punto, sólo que en el camino el texto se mete en unos lugares. Tiene desde hondura e inteligencia hasta humorada. Claro que es humor francés, una calidad de humor que no es cualquier humor. Entonces es un un texto con doble capa. Para quien quiere ver la anécdota, la historia simple de dos personas que se encuentran, va por ese lado. Y para quien quiere realmente conectar con otros recovecos del alma y del intelecto humano, también tiene ese lado.

Una obra con historia

– ¿Cómo se armó este equipo junto a Germán?

Germán es un apasionado de Yasmina y estaba en conocimiento de este material desde hace mucho. Él hizo “Art” actuando y después dirigiendo, y hacía bastante que estaba conversando con los productores para hacer este material. Germán pensó en mí, porque consideraba que iba a entender este texto. Es un texto que, como a “Art”, le sucede que en la lectura no terminás de asir la esencia del proyecto. Cuando me contactó, empezó a contarme del proyecto como para convencerme, pero por el camino le dije: “ya la conozco y estoy”. Nos reunimos durante dos meses una vez por semana, con todas las versiones: la francesa, la inglesa, la española y la argentina. Nos fuimos adentrando en el texto con muchísima responsabilidad y también llevándola un poquito a cierta contemporaneidad, porque había ciertas aristas de la obra que habían quedado medio viejas. Por otra parte, se ha hecho en todo el mundo y siempre la han hecho personas más grandes que nosotros en edad. Porque la obra fue escrita en los ochenta, cuando la gente de nuestra edad era gente más grande. Entonces, en un punto es una obra muy para nosotros y somos el elenco más joven que la ha hecho hasta ahora.

image – 2025-09-02T144722.863

>> Leer más: Pablo Echarri, Fernán Mirás y Martín Slipak llegan a Rosario con «ART»

Además, tiene una puesta muy moderna. Nosotros consideramos que si la gente escucha los pensamientos de dos personas, podemos transgredir todas las formas. De hecho, cuando vi la puesta original del Indio Romero, que era divina, era muy formal en el sentido de que eran dos personas sentadas en un vagón de tren, lo cual vuelve la obra muy estática. Acá decidimos transgredir todo y que los personajes se muevan al compás de sus pensamientos. Nos propusimos también que la gente viaje junto a ellos y que la obra viaje. Teníamos tres meses otorgados en el Maipo y cuando se terminó ese plazo nos ofrecieron seguir porque nos estaba yendo muy bien. Pero en lugar de quedarnos en Buenos Aires decidimos que la obvia iba a viajar por toda la Argentina e incluso por Uruguay, donde ya tenemos fechas. Estamos súper entusiasmados con eso y disfrutándolo un montón.

– Hablabas al principio de la ternura, como característica fundamental de esta obra, y como una cualidad escasa en esta época.

Es como si la ternura fuera una vergüenza y en realidad es un elemento de una fortaleza absoluta. Ahora se habla mucho de empatía, porque se ponen de moda ciertas palabras, pero en realidad lo que está faltando es la ternura. Pero además de eso, esta obra es un acto de resistencia y rebeldía por ofrecer un teatro como era antes. Ningún personaje saca un celular en toda la obra y realmente es una obra que te invita a detenerte, a parar la bocha, a escuchar y a conectarte. A nosotros nos enorgullece muchísimo estar haciendo este material. Nos parece un acto de resistencia realmente. Fuimos a una localidad y pensamos que la gente quizás no iba a estar tan conectada con este tipo de texto. Y terminamos recibiendo mensajes muy hermosos. Hubo una persona que me dijo: “gracias por no subestimarnos y seguir confiando en que el público argentino puede apreciar este tipo de textos”. Eso fue algo muy conmovedor.

image – 2025-09-02T154738.941

>> Leer más: «Come From Away»: un atípico musical que muestra la otra cara de los atentados del 11S

– También decías que la obra tiene esa faceta más profunda y también una faceta más humorística.

Es un texto de una altura tal que hay ciertos públicos que al principio están tímidos, como que dudan si es para reírse o no. Hasta que en un momento se dan cuenta que sí y se empiezan a reír y la pasan bomba. Por eso insisto en que la obra tiene una doble lectura. El que quiere ir a pasar un rato y reírse un poco y ver una historia de amor con dos personajes muy graciosos, un poco fuera de la obviedad actual, la pasa bomba. Y el que quiere ir a pensar un poco, también. Hay gente del público que a la salida me dice que quiere leer el texto. Eso habla de lo que es la autora. Nosotros de hecho tenemos ganas de seguir trabajando juntos y no encontramos un material de este nivel. Estamos pensando en escribirlo, que no va a estar a la altura de Yasmina Reza pero por lo menos va a reflejar nuestros deseos y aquello en lo que creemos.

– ¿Qué encontraste en Germán como partenaire?

Con Germán habíamos trabajado juntos ya, nos conocíamos, y de hecho por eso él pensó en mí. Hicimos una película hace muchísimos años cuando recién empezábamos, que se llamó “Apartamento Cero”. Hicimos lo que se llama bolo junto a otros actores jóvenes que recién estaban empezando. Fue muy gracioso porque terminaron acortando la película nuestras intervenciones casi no se veían, pero eran coproducción con Italia y con Estados Unidos, así que trabajamos un montón, aprendimos mucho y nos pagaron re bien. Después volvimos a trabajar juntos en una película muy hermosa que se llamó “Diario para un cuento”, que es sobre un cuento de Cortázar, en la que él hacía de un escritor y yo de su novia. Es una película que dirigió la checa Jana Bokova. Después de eso, no volvimos a trabajar juntos. Y en teatro es la primera vez.

– Llevás muchos años en esta profesión, ¿qué te sorprende todavía?

No sé si me sorprende, pero la disfruto mucho todavía. Siento un conocimiento, una familiaridad, una comodidad, un confort que supera ampliamente la existencia misma. Para mí habitar el mundo, ocupar un cuerpo, es algo bastante incómodo. Y la expresión artística, y sobre todo la actuación que es un terreno tan conocido para mí, me hace perder esa incomodidad, lo cual es muchísimo decir.

Últimas Publicaciones