Kristin Cabot fue filmada en un show de Coldplay junto a su jefe. El video se viralizó, ambos renunciaron a su empresa y ella inició el divorcio.
Lo que parecía ser un simple momento romántico durante un recital se convirtió en un escándalo viral con consecuencias personales y laborales. Kristin Cabot, una de las protagonistas de la famosa Kiss Cam durante un show de Coldplay, pidió el divorcio luego de ser captada besándose con su jefe en plena multitud.
El episodio ocurrió en el marco de la gira Music of the Spheres. Las cámaras del estadio enfocaron a una pareja que, lejos de reaccionar con entusiasmo, intentó esquivar el foco. La actitud levantó sospechas, pero fue el video viralizado en redes sociales lo que confirmó las versiones: ambos estaban casados con otras personas.
Kristin, quien trabajaba en el área de Recursos Humanos de una empresa tecnológica, fue identificada junto a su jefe, Andy Byron, CEO de la compañía. Tras la difusión del video, y ante el revuelo mediático, ambos presentaron su renuncia a la firma.
Según medios estadounidenses, Kristin inició los trámites de divorcio de su esposo, Andrew, a los pocos días del concierto. Fuentes cercanas aseguran que la relación ya venía desgastada y que este incidente fue “la gota que rebalsó el vaso”.
Durante el show, incluso el propio Chris Martin, líder de Coldplay, reaccionó desde el escenario: “¡Oh, miren a estos dos! ¿Será que están viviendo un romance o simplemente son muy tímidos?”, bromeó, sin imaginar el impacto posterior de sus palabras.
La situación abrió un debate en redes sobre la privacidad en espacios públicos, los límites del entretenimiento y las consecuencias reales de la viralización de contenidos. Para Kristin y Andy, el beso que una cámara captó en segundos cambió el rumbo de sus vidas.
En medio del escrutinio social y la exposición, la historia dejó una lección sobre lo efímero de la intimidad en tiempos donde todo puede ser filmado, compartido y transformado en tendencia global.