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martes, agosto 26, 2025

Buenos Aires se vistió de fiesta con la Media Maratón: miles de historias en una ciudad que corrió unida

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Las calles de Buenos Aires se transformaron este domingo en un gigante circuito deportivo que reunió a miles de corredores de todas partes de Argentina y representantes llegados de más de 30 países. Con la energía del público en cada metro, el recorrido mostró los rincones más emblemáticos de la ciudad. La Media Maratón se consolidó una vez más como la gran fiesta del running en Argentina. Una edición que ya se siente histórica por la magnitud de su convocatoria y por la fuerza de las historias personales.

Media Maratón de Buenos Aires –  

Buenos Aires se calzó las zapatillas y vivió una fiesta tremenda

La Media Maratón porteña fue una fiesta de superación y comunidad

Así se vivió la Media Maratón porteña

Desde las primeras horas de la mañana, en Figueroa Alcorta y Dorrego se reunieron unos 27 mil corredores. Los barrios de Monserrat, Microcentro, Retiro, Recoleta y Palermo se vieron copados por atletas amateurs y profesionales que compartieron la pasión por correr en un evento que año a año se convierte en un clásico del calendario internacional.

La Media Maratón porteña fue una fiesta de superación y comunidad.

La postal fue inmejorable: una multitud de camisetas verdes avanzando por la avenida Figueroa Alcorta, la Avenida 9 de Julio, la Plaza de Mayo… Todo fue un clima de celebración y superación personal. Porque cada paso era distinto, cada meta tenía un significado especial, pero todos los runners compartieron la misma pasión por ser parte de la fiesta deportiva más grande del país. Más allá de la competencia, la Media Maratón dejó en evidencia algo más profundo: correr es mucho más que un deporte, es un estilo de vida.

La Media Maratón dejó una ciudad llena de historias, sudor y sonrisas

Miles de corredores hicieron de Buenos Aires la capital del running.

Cada runner encontró en las calles porteñas un espacio de libertad y superación personal. Estaban aquellos que hacían por primera vez los 21k, los que buscaban bajar su marca personal y hasta un grupo de atletas de Brasil que llegaron a Buenos Aires especialmente para correr juntos y disfrutar de la ciudad desde otro lugar, con la promesa de cruzar juntos la meta, sin importar el tiempo en el reloj.

Para algunos, correr es sinónimo de salud. Es el espacio donde la mente se ordena y las emociones aparecen a flor de piel. También es comunidad: cada grupo de entrenamiento en las plazas de Buenos Aires refleja cómo el running logra unir a personas que, de otra manera, jamás se hubieran cruzado. Y la Media Maratón potenció ese espíritu de unión. Allí se vio a padres corriendo junto a sus hijos, parejas que cruzaron la llegada tomados de la mano, amigos que transformaron meses de preparación en una meta en común. Se vio también a los que, en silencio, también demostraron que correr no es solo ponerse las zapatillas y moverse, sino dejar en claro la voluntad de no detenerse.

Buenos Aires vivió un domingo único

El running tuvo su fiesta máxima en la Media Maratón de Buenos Aires.

La ciudad fue testigo y también levantó su voz: vecinos con banderas al grito de “Vamos, vamos…”, bandas de música, centenares de carteles y hasta familias enteras alentando a los participantes se encargaron de crear una atmósfera inolvidable.

Otro de los rasgos inolvidables de la Media Maratón fueron los carteles improvisados que llenaron las calles. Durante todo el circuito, vecinos, amigos y familiares desplegaron su creatividad para alentar a los corredores. Había frases motivadoras y también mensajes personales: nombres escritos con marcador y hasta dibujos hechos por niños con palabras dedicadas a quienes corrían. Las frases fueron ese motor invisible.

Muchos corredores confesaban que leer esas frases en los momentos de mayor cansancio les dio fuerzas para seguir cuando las energías empezaban a decaer. La ciudad habló con sus papeles, cartulinas y banderas. Y cada runner se sintió protagonista de una celebración compartida. Porque la Media Maratón no se corre en soledad: se corre acompañada por una comunidad que empuja y alienta en los momentos donde la adversidad se impone.

La Media Maratón copó las calles porteñas.

Otro gesto que marcó la jornada fue el trabajo de los voluntarios en los puestos de hidratación. Siempre con las manos extendidas y palabras de aliento, ofrecieron botellas de agua, bebidas isotónicas y hasta frutas. Ese apoyo fue fundamental para que miles pudieran completar el recorrido. Fue un símbolo de solidaridad, recordando que detrás de cada zancada también hay un equipo humano que sostiene y hace posible la fiesta del running.

Con récords personales, historias de esfuerzo y la alegría de cruzar la meta, la Media Maratón volvió a demostrar que el deporte también se celebra y se festeja en las calles de Buenos Aires. Porque este domingo la ciudad latió al ritmo del running.

Los resultados de la Media Maraton de Buenos Aires

El primer puesto fue para Jacob Kiplimo, el atleta ugandés logró romper el récord del circuito, con 58:29 minutos. El segundo lugar fue para Seifu Tura Abdiwak, de Etiopía, con un registro de 59 minutos y 56 segundos. El tercer lugar del podio fue para el atleta de Kenia, Vinicent Nyamongo Nyageo, que completó la media maratón en 59 minutos y 57 segundos.

En la rama femenina internacional, el primer puesto fue para Verónica Loleo (Kenia), quien alcanzó la meta en 1 hora, 6 minutos y 58 segundos. En segundo lugar quedó Ftaw Zeray Bezabh, con un tiempo de 1 hora, 7 minutos y 7 segundos, y el tercer puesto lo ocupó Catherine Reline Amanong’ole, también de Kenia, con 1 hora, 7 minutos y 13 segundos.

En la clasificación argentina, se destacó la marplatense Florencia Borelli, quien cruzó la meta en 1 hora, 9 minutos y 21 segundos y batió el récord sudamericano y argentino de la distancia.

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