24.4 C
Santa Fe
miércoles, marzo 19, 2025

Leña al fuego

Noticias Relacionadas

En muchos medios se puede leer el raconto de los golpes que viene recibiendo el gobierno, muchos autoinflingidos. El principal fue la criptoestafa, una bomba en campo propio. Medios internacionales que no tienen los compromisos inconfesables de los medios locales, como la revista británica The Economist que en enero había puesto en tapa al presidente como ejemplo a seguir habló de un bochorno. Milei, el fin de semana, después de la represión que dejó más expuesto que nunca el autoritarismo brutal de su ministra Bullrich, no tuvo mejor idea que decir frente a un micrófono que iba a seguir acelerando en las curvas. Más allá de las bravuconadas habituales, lo que se destaca es que aquella gracia que hacía atractiva a la gestión mileista, ese salir del molde del político tradicional, puede estar empezando a jugar en su contra. El triángulo de hierro que estaría dirigiendo los destinos de un país es capaz de aprovechar los buenos vientos pero, ¿es capaz de atravesar climas desfavorables o acaso alguna tempestad? Los medios se empeñan en camuflar el reclamo de los jubilados y su apoyo popular en accionar de barrabravas pagos, tratan de impedir que sus consumidores hagan la sinapsis neuronal básica de conectar protesta social con desprestigio del gobierno, aún cuando tengan que admitir la caída en torno a los 10 puntos en las encuestas.

Milei se ha caracterizado por una exacerbación de la figura del ejecutivo, esto le ha permitido que amplios sectores de la población pongan sus esperanzas en él, que digan por fin alguien nuevo, decente, que no tiene que ver con los que engañaron al pueblo una y otra vez, las esperanzas en el salvador fueron muchas después de años de penurias bajo gobiernos peronistas y macristas. Pero esa exposición esconde su propia negación, al ser el principal responsable, el artífice, a la hora del declive es inmediatamente el primer culpable, es una instalación sin fusibles.

La frenética costumbre de coleccionar enemigos para alimentar la tropa propia le ha dado de comer a un verdadero monstruo opositor. El gobierno no estaría dándose cuenta que no todo son números en las encuestas, que no es lo mismo tener un voto opositor de 45% que trabajar contantemente en hacer enojar a ese sector, confunde personas con números. Sus números no tienen estados de ánimo, para el gobierno los números no se enojan, solo suben o bajan, no son personas.

Lo que el gobierno no entiende es que no es lo mismo tener opositores que radicalizar a los opositores. Ese pecado de falta de calle puede salirle muy caro, no todo desajuste se arregla con represión ni todo descontento se encauza en elecciones. El gobierno juega con fuego y ha provocado una gimnasia de lucha en cientos de miles de personas que nunca habían pisado una marcha, que nunca habían estado en una asamblea, que nunca habían tomado una facultad, que nunca se habían sentido hermanados en el reclamo de otras personas. Solo por nombrar las más visibles, las masivas marchas universitarias, la respuesta al paro del 24E que tuvo que llamar la CGT, las marchas del movimiento de mujeres, de la cultura, de derechos humanos, el apoyo a diversas luchas como las de salud, de docentes, y tantas más, en ellas sumamos cientos de miles de personas que han ido incrementando su confrontación con el gobierno a medida que el mismo ejecutivo se dedicaba a echar más y más leña al fuego como pirómano que no calcula que se puede incendiar su piso mismo.

Esta predisposición a intervenir y torcer el curso de los acontecimientos de cientos de miles que van constituyendo un bloque social vivo que nada tiene que ver con los números fríos de las encuestas incomodan a todo el régimen político incluida la oposición que prefiere que esa bronca se acumule en cuerpos impotentes para canalizarlos al voto a ellos mismos.

Por el contrario, todos los combates de lo que va de la gestión Milei son la potencia de una lucha generalizada que puede frenar este ataque fenomenal e ir por mucho más. No es solo voluntarismo, es política, política entendida cómo la generación de alternativas de acción, como superación de lo que las conducciones de tiempos anteriores no están dispuestas a hacer, ni las gremiales ni las estudiantiles están a la altura y precisan un cuestionamiento radical, el poder constituido tiene que ser superado por el constituyente que late en las demostraciones populares. La política necesaria es la que genera alternativas al miserable universo de lo posible que proponen las oposiciones que ni siquiera son capaces de pensarse por fuera de una estafa aberrante como la deuda externa que seca la economía como aspiradora, ni siquiera piensan en reformas progresivas que impliquen inversiones reales en educación, salud, ciencia, infraestructura, cultura a partir de expropiar ingresos de los multimillonarios que viajan por el mundo mientras el país baja, día a día, los escalones de la pobreza. Una política que se abra paso desde las necesidades reales de la población y no de las supuestas posibilidades reales que da el capitalismo hoy o los mercados, o tantos otros eufemismos que usa el régimen para desacreditar cualquier política realista que apunte a solucionar los padecimientos de miles y miles, llaman utópico a lo necesario, a lo urgente. No hay posibilidades hoy que esa política que necesitamos no se plantee una perspectiva revolucionaria, aunque tanto quieran enterrar la palabra Revolución.

Últimas Publicaciones