31.8 C
Santa Fe
miércoles, marzo 19, 2025

Mersu, la receta de postre más antiguo del mundo

Noticias Relacionadas

El mersu es un postre de dátiles y pistachos que se remonta a más de 3800 años, en la antigua mesopotamia, y conocemos su receta a través de las tablillas de arcilla

En el vasto universo de la gastronomía, hay platos que trascienden el tiempo, conectándonos con nuestras raíces más profundas. Uno de estos tesoros culinarios es el mersu, considerado el postre más antiguo del mundo. Este manjar, que data de la antigua Mesopotamia, no solo es un testimonio de la creatividad humana, sino también una ventana a la vida cotidiana de una de las primeras civilizaciones de la historia.

El mersu en la antigua Mesopotamia

El mersu tiene sus raíces en la antigua Mesopotamia, una región ubicada entre los ríos Tigris y Éufrates, en lo que hoy conocemos como Irak. Esta civilización, que floreció hace más de 4.000 años, es considerada la cuna de la escritura, la agricultura y, por supuesto, la gastronomía organizada. Los mesopotámicos no solo cultivaban granos y criaban animales, sino que también desarrollaron técnicas culinarias sofisticadas para su época.

El mersu aparece mencionado en tablillas de arcilla que datan del período babilónico (alrededor del 1800 a.e.c.). Estas tablillas, escritas en cuneiforme, contienen recetas y descripciones de banquetes reales, donde el mersu era un postre destacado. Según los textos, este postre se preparaba con ingredientes básicos pero simbólicos: dátiles, harina, mantequilla clarificada (similar al ghee), miel y pistachos. Estos últimos no solo añadían un toque crujiente, sino que también eran un ingrediente de lujo en aquella época.

En la antigua Mesopotamia, la comida no era solo una necesidad biológica, sino también un acto ritual y social. El mersu, en particular, tenía un significado especial. Se cree que este postre se ofrecía en ceremonias religiosas y festividades, como un símbolo de abundancia y prosperidad. Los dátiles, uno de sus ingredientes principales, eran considerados un regalo de los dioses debido a su dulzura y valor nutricional, mientras que los pistachos, originarios de la región, representaban la riqueza de la tierra.

Además, el mersu refleja la importancia de la repostería en la cultura mesopotámica. Aunque hoy en día asociamos los postres con el final de una comida, en aquella época, los dulces eran un lujo reservado para ocasiones especiales. Preparar un mersu requería tiempo y recursos, lo que lo convertía en un manjar digno de reyes y sacerdotes.

Desde un punto de vista científico, el mersu es un ejemplo fascinante de cómo los ingredientes básicos pueden transformarse en algo extraordinario. Los dátiles, por ejemplo, son ricos en azúcares naturales como la glucosa y la fructosa, lo que los convierte en un endulzante ideal en una época en la que el azúcar refinado no existía. Además, son una fuente de fibra, potasio y antioxidantes, lo que los hace nutritivos y energéticos.

La miel, otro ingrediente clave, no solo aporta dulzura, sino que también actúa como conservante natural gracias a sus propiedades antibacterianas. Esto era crucial en una época en la que no existían los refrigeradores. La mantequilla clarificada, por su parte, añade riqueza y textura al postre, además de ser más estable a temperatura ambiente que la mantequilla común. Los pistachos, ricos en grasas saludables y proteínas, aportan un contraste de textura y un sabor ligeramente salado que equilibra la dulzura del postre.

Cómo hacer mersu en casa

Si te apetece viajar en el tiempo y probar este postre milenario, aquí tienes una receta adaptada para preparar mersu en casa, respetando su versión original con pistachos. Aunque los ingredientes y técnicas han evolucionado, esta versión conserva el espíritu del postre original:

Ingredientes (para 4 porciones):

– 200 gramos de dátiles deshuesados.

– 100 gramos de harina de trigo (puedes usar harina integral para un toque más rústico).

– 50 gramos de mantequilla clarificada (o ghee).

– 3 cucharadas de miel.

– Un puñado de pistachos pelados y picados.

– Una pizca de canela (opcional).

Instrucciones:

Si los dátiles están secos, remójalos en agua tibia durante 15 minutos para ablandarlos. Luego, tritúralos con un tenedor o en un procesador de alimentos hasta obtener una pasta gruesa.

En una sartén a fuego medio, tuesta la harina hasta que adquiera un color dorado y un aroma a nuez. Este paso es crucial para darle profundidad al sabor del mersu.

En un bol, combina la pasta de dátiles con la harina tostada. Añade la mantequilla clarificada y la miel, y mezcla hasta obtener una masa homogénea. Si deseas, agrega una pizca de canela para darle un toque aromático.

Agrega la mayoría de los pistachos picados a la masa y mezcla bien. Reserva algunos para decorar.

Toma porciones de la masa y dales forma de bolitas o pequeñas tortas. Espolvorea o presiona ligeramente los pistachos reservados sobre la superficie para decorar.

El mersu está listo para disfrutar. Puedes servirlo como postre o como un dulce acompañamiento para el té o el café.

El mersu es mucho más que un postre; es un puente entre el pasado y el presente, un recordatorio de que la gastronomía es una forma de arte que ha acompañado al ser humano desde sus primeros pasos como civilización. Al preparar este postre en casa, respetando su receta original con pistachos, no solo estás disfrutando de un manjar antiguo, sino también honrando la creatividad y el ingenio de quienes nos precedieron.

Últimas Publicaciones