En una mañana repleta de risas y buen clima, Marley irrumpió en el estudio de Nadie Dice Nada y se adueñó, por unos minutos, del asiento que habitualmente ocupa Nicolás Occhiato. La visita inesperada del conductor histórico de Telefe no pasó desapercibida y generó un momento descontracturado que fue festejado tanto por los integrantes del ciclo como por la audiencia.
La irrupción se dio luego de que se confirmara que Occhiato será quien lleve adelante la próxima edición de La Voz Argentina, reemplazando a Marley, quien estuvo al frente del reality durante cuatro temporadas. Lejos de mostrarse molesto por la decisión, el conductor de Por el Mundo se sumó con humor al aire del programa y aclaró cómo es su relación con su colega.
“No hay ningún problema, nos llevamos bien”, aseguró Marley con una sonrisa, descartando cualquier tipo de especulación sobre una supuesta interna por el cambio de rol en el exitoso formato musical. Incluso, ambos se prestaron al ida y vuelta con complicidad y buena onda, mostrando que no hay resentimientos ni tensiones.
Durante la charla, Marley también aprovechó para adelantar que él tampoco se quedará quieto este año. “Yo tengo otro anuncio que hacer… se filtró un poquito”, deslizó con picardía, dejando entrever que será el encargado de conducir la versión argentina de Survivor, un formato internacional que promete ser uno de los platos fuertes de la grilla de Telefe.
Con esta participación fugaz pero potente, Marley no solo mostró su respaldo a Occhiato, sino que también reafirmó su lugar indiscutido dentro del prime televisivo. Por su parte, el equipo de Nadie Dice Nada celebró la buena onda y el cruce entre generaciones de conductores, en un momento que rompió con la rutina habitual del programa y dejó al público pidiendo más.
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