La Justicia le otorgó este viernes la prisión domiciliaria a Felicitas Alvite, la joven de 21 años conocida como «La Toretto», quien atropelló y mató al motociclista Walter Armand en la ciudad de La Plata.
Fuentes judiciales informaron que la acusada esperará el juicio desde su casa en la zona norte de la capital bonaerense.
El Tribunal Oral en lo Criminal N°2 de La Plata rechazó una queja presentada por la madre del motociclista, el joven que murió atropellado en el trágico hecho, ocurrido en 2024.
La decisión fue tomada también en sintonía con lo dictaminado en enero pasado por la Sala III de la Cámara Penal, que actuó por mandato del Tribunal de Casación Penal de la provincia de Buenos Aires.
Con esta resolución, el TOC II acata una cadena de decisiones judiciales que, en última instancia, habilitan que la joven transite su proceso bajo el régimen de arresto domiciliario, en lugar de continuar detenida en la Unidad Femenina 51 de Magdalena.
El caso generó fuerte repercusión pública cuando se conoció el apodo con el que la imputada se refería a sí misma en redes sociales, comparándose con el personaje protagonista de la saga «Rápido y Furioso», lo que fue interpretado como una expresión de criminalidad al volante.
La familia de la víctima expresó su malestar y continúa exigiendo justicia, mientras que desde la defensa de Alvite se sostiene que la medida responde a consideraciones legales previamente establecidas por instancias superiores.
En esa línea su abogado, Flavio Gliemmo, indicó que su defendida se ajustará a derecho: «No hay riesgos procesales y mi asistida siempre se ajustó a derecho y no hay entorpecimiento ni riesgo de fuga».
No sobran ejemplos en ese sentido, y un caso emblemático de ello en Rosario es el de Sebastián Pira, quien el 2 de marzo de 1997 atropelló y mató a las jóvenes María Celeste Haiek (22) y Daniela Caruso (16) en Salta y bulevar Oroño, en forma bestial: una de ellas quedó sobre el capot del auto y el conductor hizo maniobras de zigzag a alta velocidad para que se desprendiera. Cuando lo consiguió, le pasó por encima.
De familia económicamente influyente y favorecido por la Justicia local, Sebastián Pira se dio a la fuga del lugar del siniestro y después cuando le otorgaron la domiciliaria. Permaneció fugitivo por casi tres décadas, con eficacia: sólo una vez fue capturado en el exterior, en Holanda, pero logró escapar nuevamente. El caso judicial fue declarado prescripto por el paso del tiempo, lo que significa que no pudo ser juzgado por el delito.
En el caso de La Toretto, el 12 de abril de 2024, la joven cruzó un semáforo en rojo mientras corría una picada, embistió y le quitó la vida a Armand, quien falleció como consecuencia de las graves heridas sufridas.